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Inspirados por esta gratitud

“Debemos agradecer a Dios todo lo recibido e inspirados por esta gratitud, adorarlo de manera natural como sólo Él se lo merece”

Oprah Winfrey recomendaba en cierta ocasión desde su óptica secular: “Lleva un diario de agradecimiento. Anota todas las noches cinco cosas que hayan sucedido ese día y por las cuales te sientas agradecido. Este hábito cambiará poco a poco tu concepto de la vida y de lo cotidiano. Si aprendes a darle más importancia a lo que tienes que a lo que no tienes, verás que el universo es generoso y recibirás más. Si, en cambio, te fijas más en lo que no tienes, nada te satisfará”. Recomendación que nos ayuda a corregir los sesgos de la memoria, pues, como lo expresó Carmen Martín Gaite: “La memoria es antojadiza y no sabemos con arreglo a que criterio selecciona como perdurables ciertos decorados, mientras que otros,… son relegados al reino de las sombras.” Sesgo aludido también por Fedor Dostoievski al afirmar: “El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías”. Nuestra memoria está, pues, influenciada por las emociones que relativizan nuestros recuerdos, sopesándolos de manera desigual. Pero si hacemos un esfuerzo consciente y habitual para recordar pequeños sucesos dignos de gratitud, terminaremos cada día con suficientes motivos para estar agradecidos con Dios siempre. Porque en últimas, es la gratitud la que nos brinda estímulo e inspiración para servir y adorar al Señor como corresponde, con temor de Dios y de manera agradable a sus ojos: “Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente” (Hebreos 12:28)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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