Envió los pedazos por todo el territorio

Volviendo con los cambiantes usos culturales propios de las diferentes épocas y pueblos, así como la necesidad de los creyentes de distinguir entre los principios universales en juego para todos los tiempos involucrados en estas prácticas y las prácticas en sí mismas de limitado alcance, restringidas a lugares y tiempos determinados ya pasados y sin relación con nosotros; encontramos la siguiente sangrienta acción por parte del rey Saúl: “agarró dos bueyes y los descuartizó, y con los mensajeros envió los pedazos por todo el territorio de Israel, con esta advertencia: «Así se hará con los bueyes de todo el que no salga para unirse a Saúl y Samuel». El temor del Señor se apoderó del pueblo y todos ellos, como un solo hombre, salieron a la guerra” (1 Samuel 11:7). Una acción que hoy veríamos con malos ojos, como primitiva e innecesariamente cruel y sanguinaria, más propia de condenables gangsters, sicarios y carteles de la droga, pero que era sin embargo legítima y relativamente habitual en la época para formular convocatorias efectistas de gran alcance ꟷlo que llamaríamos hoy una dinámica “viral” en las redes socialesꟷ, como ya lo encontramos al final del libro de los Jueces cuando el levita descuartizó también a su propia concubina violada y asesinada por los habitantes de la ciudad de Guibeá perteneciente a la tribu de Benjamín y envió los pedazos al resto de tribus para informarles de esta infame acción y convocarlos a tomar medidas contra los habitantes de la ciudad y la tribu de Benjamín, en épocas en que las comunicaciones no tenían el alcance que hoy tienen