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Encubrimiento o protección

“El amor de Dios protege pero no encubre mientras que el amor humano, presumiendo hacer lo mismo, con frecuencia hace lo contrario”

Cuando los seres humanos pretendemos ser más misericordiosos que el mismo Dios bajo el pretexto de proteger a las personas afectadas de consecuencias que juzgamos demasiado severas y desproporcionadas para su equivocaciones y pecados, lo que terminamos es encubriéndolos y alcahueteando y promoviendo conductas que impiden que las personas maduren y cambien para bien, aprendiendo las lecciones del caso al tener que asumir como corresponde la responsabilidad y el costo de sus acciones, por doloroso que pueda ser. Terminamos así malogrando a las personas transgresoras al impedir que reciban la sabia y dosificada disciplina divina del Padre, que a pesar de traer aparejada algún grado de necesario dolor, les evita posteriormente dolores mucho mayores e irreversibles −como sucede en las vacunas con el pinchazo y la inoculación de microbios muertos o debilitados en el organismo para la creación de anticuerpos que nos protejan posteriormente de enfermedades fatales−. El paternalismo es uno de los ejemplos de esto, pues el padre paternalista que sobreprotege a sus hijos sin dejarlos asumir las dolorosas consecuencias de sus equivocaciones los malcría y forma hijos desadaptados y disfuncionales que sufrirán y harán sufrir a los demás en la sociedad de la que formen parte. Dios es, ciertamente, Padre pero no paternalista. Y como tal nos advierte entonces: “no te dejes engañar ni le hagas caso. Tampoco le tengas lástima. No te compadezcas de él ni lo encubras” (Deuteronomio 13:8)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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