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Segmentos

Encontrados por Cristo

"Si hemos podido hallar a Cristo no es porque lo estuviéramos buscando, sino porque Él nos salió al paso y no pudimos evadirlo”

En realidad y si nos atenemos a lo que dice la Biblia: “no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios” (Romanos 3:11). Así, pues, encontrarlo no es un mérito nuestro, sino un mérito de Dios. Porque Él es el que sale en busca de cada uno de nosotros en la persona de Cristo. Al fin y al cabo, el que se encuentra perdido no es Dios sino nosotros. Tal vez nadie lo expresó mejor que el periodista André Frossard, hijo del primer secretario general del partido comunista francés, quien a pesar de haber sido educado como ateo en lo que él mismo llamó un “ateísmo perfecto”, se convirtió de repente a Cristo en el marco del catolicismo, explicando el carácter súbito de su conversión en un libro titulado justamente: “Dios existe. Yo me lo encontré” en el que afirma: “Dios existe porque yo lo encontré, porque me tropecé bruscamente con él cuando ni siquiera lo buscaba”. Algo que recuerda lo sucedido a Balán en el Antiguo Testamento, quien después de haber evadido inadvertidamente al ángel del Señor en dos ocasiones en que no notó Su presencia saliéndole al paso, no pudo ya hacerlo una tercera vez en que el ángel del Señor no le dejó ya ninguna escapatoria y tuvo que reconocer Su realidad y Su inobjetable presencia delante de él: “El Señor abrió los ojos de Balán, y éste pudo ver al ángel del Señor en el camino y empuñando la espada. Balán se inclinó entonces y se postró rostro en tierra. El ángel del Señor le preguntó: -¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos?” (Números 22:31-32)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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