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Bestias humanas

"A veces las bestias entienden mejor que los seres humanos y los seres humanos terminan siendo más bestias que las bestias”

Decía Tristán Bernard algo con lo que deberíamos estar de acuerdo: “Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres”. En realidad, llamar “bestia” a un ser humano puede ser en muchos sentidos más ofensivo para las bestias que para los seres humanos. Por lo menos, así lo fue en el caso de Balán y su proverbial burra parlante, la cual fue mucho más perceptiva que su dueño para notar la presencia del ángel del Señor delante de él reprendiéndolo: “Cuando la burra vio al ángel del Señor, se echó al suelo con Balán encima. Entonces se encendió la ira de Balán y golpeó a la burra con un palo. Pero el Señor hizo hablar a la burra… El Señor abrió los ojos de Balán, y éste pudo ver al ángel del Señor en el camino y empuñando la espada. Balán se inclinó entonces y se postró rostro en tierra. El ángel del Señor le preguntó: -¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos? Cuando la burra me vio, se apartó de mí tres veces. De no haber sido por ella, tú estarías ya muerto y ella seguiría con vida” (Números 22:27-28, 31-33). Como puede observarse, a despecho de la connotación de obstinación y poca inteligencia asociada a los burros, muchas veces los seres humanos son en realidad más burros que los mismos burros al empecinarse neciamente en no reconocer a Dios en sus vidas ni someterse a su gobierno y autoridad con todos los riesgos que ello conlleva tanto para su bienestar temporal como para su destino eterno.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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