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Elegidos para ser diferentes

“Dios nos elige y aparta porque quiere mostrar su poder convirtiendo gente insignificante en ejemplos que sean dignos de imitar”

La elección soberana que Dios lleva a cabo sobre personas o pueblos específicos no obedece a méritos por parte de los elegidos, pues si se tratara de méritos ningún ser humano reuniría los suficientes para hacerse merecedor de Su elección. Más bien, la elección de Dios tiene como propósito mostrar las favorables y maravillosas transformaciones que el poder de Dios puede efectuar en las vidas de los elegidos, estableciendo un marcado y favorable contraste entre lo que llegan a ser después de ser beneficiarios de su elección y lo que eran antes de ser elegidos. Dios consideró oportuno en su momento recordárselo al pueblo de Israel para que éste no llegara a creer de manera engañosa que la elección que Dios hizo de ellos se debía a algún mérito de su parte: “Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su posesión exclusiva entre todos los pueblos de la tierra. »El Señor se encariñó contigo y te eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso sino el más insignificante de todos. Lo hizo porque te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó de la esclavitud con gran despliegue de fuerza” (Deuteronomio 7:6-8). Y lo que se aplica a Israel en este sentido en el Antiguo Testamento, aplica también a la iglesia en cabeza de todos y cada de sus miembros en el Nuevo Testamento, de dónde ser elegidos por Dios para salvación implica, no sólo un privilegio inmerecido para el creyente, sino también una gran responsabilidad, que no es otra que estar en este mundo a la altura de la elección.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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