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Segmentos

El que lucha con Dios

“En tiempos de crisis la oración puede convertirse en una lucha intensa y prolongada de la cual salimos transformados y diferentes a como entramos”

La oración cotidiana regular y disciplinada que emprenden los creyentes cada día de manera habitual puede llegar a convertirse en momentos de prueba y crisis personal en un ejercicio arduo, difícil y agónico en el que, virtualmente, luchamos con Dios y lo importunamos clamando desde las profundidades en que nos sentimos o encontramos hasta el punto del agotamiento, a semejanza del salmista en esa oración conocida como de profundis: “A ti,Señor, elevo mi clamor desde las profundidades del abismo” (Salmo 130:1). Una experiencia vivida con la mayor intensidad por al patriarca Jacob cuando se dirigía de regreso con toda su familia y posesiones a su atemorizante encuentro con su hermando Esaú, de quien había tenido que huir porque éste quería matarlo por haberlo engañado repetidamente en el pasado y ahora venía hacia él y su indefensa familia con 400 hombres armados, temiendo entonces por su vida y la de su familia al no saber lo que podía esperar de Esaú en esta coyuntura. La Biblia nos informa que pasó la noche orando y luchando con un misterioso hombre que más adelante se revela como el ángel del Señor: “…Entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer. Cuando ese hombre se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera, y esta se le dislocó mientras luchaban… Entonces el hombre le dijo: ꟷYa no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” (Génesis 32:24-28). Experiencia de la que salió transformado, confiado y fortalecido, pero cojeando para no seguir siendo el mismo

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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