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Él nos amo primero

“Nuestra caída en pecado brindó a Dios la mejor ocasión para demostrar de forma indiscutible el alcance de su amor por nosotros”

Se discute en teología si la encarnación del Verbo o Hijo de Dios como hombre en la persona de Jesucristo se hubiera dado también si la humanidad no hubiera caído en pecado, es decir, si la encarnación estaba de todos modo prevista y establecida en los planes de Dios para el hombre al margen de la caída. Hay pasajes de la Biblia que hablan de Cristo como el modelo al cual debe conformarse la humanidad que parecerían indicar que sí, pero no se puede ser dogmáticamente concluyente al respecto. Lo que sí es seguro es que la caída dio a la encarnación de Cristo un nuevo significado, pues brindó a Dios un medio para demostrar sin lugar a duda el alcance de Su amor por nosotros. Recordemos que en el libro de Oseas Dios da al profeta una instrucción muy dolorosa y difícil: comprar de nuevo en el mercado de esclavos al que la había conducido su espiral descendente de degradación a su esposa Gómer, que lo había abandonado para prostituirse y serle infiel con muchos amantes, y una vez comprada de nuevo para sacarla de este lastimoso estado de postración y de vergüenza, hacerla una vez más su esposa, como lo hizo Dios con nosotros en la persona de Cristo, siendo el precio de nuestro rescate la vida de Su propio Hijo inmolado por nosotros y en nuestro lugar en la cruz. Es a la luz de todo esto que, a pesar de que las circunstancias parezcan dar por momentos otra impresión, el amor de Dios por la humanidad está fuera de discusión, al punto que si nosotros hoy podemos amar a Dios es debido a que, como lo dijo el apóstol: “Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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