Más que para ser reverenciada y colocada en un pedestal o en un atril de manera por demás supersticiosa y censurable, la Biblia debería ser estudiada con disciplina, honestidad, capacidad crítica y un espíritu abierto y sensible a la voz de Dios que nos llega a través de ella. Porque lo cierto es que, a pesar de ser de lejos el libro más vendido de toda la historia humana y de que no existe prácticamente un estante de libros de ningún hogar occidental y de una gran parte de los pertenecientes a los países en vías de desarrollo del Tercer Mundo que no contenga una Biblia; también lo es que existe una gran ignorancia acerca de sus contenidos, cuando no una tergiversación malintencionada de ellos por parte de sus detractores con base en una lectura superficial, fragmentaria y sesgada de aquella. Por eso, lo que caracteriza a un cristiano auténtico no es tener una Biblia en casa ubicada en un lugar o espacio privilegiado sin leerla nunca, sino tenerla en el centro de su mente y corazón mediante el conocimiento, lectura y estudio reverente, continuo, metódico y sistemático de sus contenidos en un espíritu de oración y comunión con Dios que moldee su conciencia, su voluntad y su conducta para ajustarla a la Verdad y a los requerimientos que ella nos formula a través de Jesucristo, siguiendo a este respecto el ejemplo que nos provee el escriba Esdras tal y como se le describe con precisión en el libro que lleva su nombre: “Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas” (Esdras 7:10)
El estudio de la Biblia
19 febrero, 2021
2 Lectura mínima
“Hay que leer la Biblia con una honesta actitud crítica, pues Dios nos invita a estudiarla con constancia más que a reverenciarla”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario