¿Dónde se halla la sabiduría?

En la tradición teológica judeocristiana existe una conexión entre la Palabra creadora pronunciada por Dios en el Génesis, la Sabiduría personificada en el libro de los Proverbios y el Verbo o Logos de los escritos de Juan en el Nuevo Testamento. Una conexión no sólo de continuidad, sino de identidad. Es decir que la Palabra creadora de Dios en el Génesis, la Sabiduría personificada del libro de Proverbios y el Logos o Verbo de Juan son la misma persona: el Hijo de Dios, la segunda Persona de la Trinidad divina encarnada como hombre en Jesucristo. Por lo tanto, la búsqueda y el elogio de la sabiduría emprendida por Job en medio de su aflicción: “Pero ¿dónde se halla la sabiduría? ¿Dónde habita la inteligencia? Nadie sabe lo que ella vale, pues no se encuentra en la tierra de los vivientes” (Job 28:12-13), es en último término la búsqueda de Cristo, que para entonces, antes de la encarnación de Cristo como hombre era, ciertamente, una búsqueda muy elusiva, pues en el Antiguo Testamento no se encontraba aún en la tierra de los vivientes. Pero a partir de Cristo, justamente designado como “Dios con nosotros”, la sabiduría está cercana a todo el que la busque, pues se halla fundamentalmente en Él, disponible, por lo tanto, para todos los que se relacionan con Él mediante la fe y la lectura disciplinada de la Biblia bajo la guía de Su Espíritu, justificando las palabras del apóstol Pablo cuando refiriéndose a Cristo declara: “Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Corintios 1:30)