Si en algo sobresale David como modelo a seguir es en su disposición a la confesión y el arrepentimiento sincero tan pronto adquiría conciencia de su pecado. Porque la integridad no consiste en no pecar nunca, sino en reconocerlo y confesarlo con dolor, humildad y honestidad todas las veces tan pronto somos conscientes de ello, tomando medidas para no volverlo a hacer en lo sucesivo. Porque la laxitud y tolerancia al pecado bajo la engañosa y fríamente calculadora presunción de que ya tendremos tiempo para confesarlo, arrepentirnos y corregirlo, nos puede arrojar a una sutil espiral de degradación y endurecimiento contra Dios de la que es cada vez más difícil salir, con todo lo que esto implica para nuestra actual calidad de vida, nuestra óptima relación con Dios e incluso nuestro destino eterno. Porque fue su rápida disposición al humilde arrepentimiento, sin pretextos, excusas ni atenuantes de ningún tipo tan pronto fue amonestado por el profeta Natán por causa de su adulterio con Betsabé y el homicidio de su esposo Urías; la que hizo de David un varón conforme al corazón de Dios y motivó de su parte la inspirada composición de uno de los más queridos, sentidos, y apreciados salmos del salterio: “Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable” (Salmo 51:1-4)
Disposición rápida al arrepentimiento
24 abril, 2021
2 Lectura mínima
“La integridad no es impecabilidad sino honesta diligencia para admitir, confesar y corregir un pecado en cuanto lo cometemos”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario