Cuando Dios nos escogió para salvación por medio de la fe en Cristo lo hizo no sólo para salvarnos, sino para encomendarnos un papel y una labor que cumplir en la realización de sus buenos propósitos en el mundo. Un papel que así en muchos casos parezca exceder de lejos nuestras fuerzas y recursos, no exceden nunca los inagotables recursos de Dios que Él pondrá de forma sabia y soberana a nuestra disposición en el momento y lugar adecuados para lograr lo encomendado, aprovechando de paso los dones y talentos que Él nos ha otorgado y con los cuales nos ha dotado, así como las habilidades que hemos llegado a adquirir en el curso de nuestras vidas, siempre con su permiso y bajo su tutela y supervisión permanente, potenciándolas y sincronizándolas para que operen en armonía con su poder para alcanzar logros que ni siquiera podemos imaginar, como le sucedió a Lutero con la Reforma Protestante o mucho antes al rey David al enfrentar a Goliat: “David le contestó: ─Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel. Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos” (1 Samuel 17:45-47)
Defendiendo el honor de Dios
27 enero, 2021
2 Lectura mínima
“Si tenemos el gran privilegio de ser escogidos por Dios para defender su honor podemos enfrentar con ventaja al mundo entero”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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