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¿Cuánto vas a quedarte llorando?

"Ya que no podemos cambiar el pasado, Dios nos exhorta a no quedarnos anclados a él y a mirar hacia el futuro y lo que Él todavía nos tiene preparado”

Samuel apreciaba profundamente a Saúl y, por esta razón, lamentó bastante el hecho de que no hubiera dado la talla ni estado a la altura deseada en su desempeño como rey de Israel y hubiera sido finalmente desechado y despojado por Dios de esta honrosa dignidad, con la consecuencia de que luego de ello Samuel nunca volvió a ver a Saúl. Esta circunstancia hundió al profeta en una especie de duelo que se prolongó lo suficiente como para que Dios terminara dirigiéndose a él de este modo: “El Señor dijo a Samuel: ꟷ¿Cuánto tiempo vas a quedarte llorando por Saúl, si ya lo he rechazado como rey de Israel? Mejor llena de aceite tu cuerno y ponte en camino. Voy a enviarte a Belén, a la casa de Isaí, pues he escogido como rey a uno de sus hijos” (1 Samuel 16:1). En efecto, a pesar de todo, la vida sigue y no podemos quedarnos anclados en el pasado lamentando e imaginando indefinidamente lo que pudo ser y no fue, sino que en medio de esto debemos cobrar ánimo, renovar nuestras fuerzas, ponernos de pie y proseguir, con la esperanza y la convicción de que Dios no ha acabado ni se ha rendido con nosotros y mantiene vigente para nuestras vidas sus: “planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11), como en efecto sucedió con Israel, para el cual Dios tenía planes esperanzadores a pesar del fracaso de Saúl en su obediencia y responsabilidades como rey, iniciando la era del valiente y piadoso rey David, cuya dinastía en el trono de Israel sería eterna alcanzando su punto culminante en el Señor Jesucristo

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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