Dios es la realidad absoluta e incondicional que explica este mundo de una manera razonable que se deduce de los hechos y que, por simple lógica, debe también trascender o estar más allá de este mundo sin poder ser abarcado por él. Por eso cuando al ateísmo niega a Dios se ve empujado, así no lo quiera, a sustituirlo por algo de este mundo a lo que termina confiriéndole el mismo carácter absoluto e incondicional que Dios ostenta en la perspectiva teísta de la realidad. El ateísmo es, entonces, y aún a su pesar, una fábrica de nuevos y sutiles ídolos que pretenden sustituir a Dios degradándolo de manera grosera y lógicamente irracional al nivel de su creación, igualándolo a ella en el mejor de los casos, en lo que se conoce como panteísmo, la idolatría de la que surgen todas las demás y que consiste en adorar la creación como si ésta fuera Dios, reproduciendo así de forma sofisticada la idolatría fomentada por el becerro de oro de Aarón: “Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron: -Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado! Aarón les respondió: -Quítenles a sus mujeres los aretes de oro, y también a sus hijos e hijas, y tráiganmelos. Todos los israelitas se quitaron los aretes de oro que llevaban puestos, y se los llevaron a Aarón, quien los recibió y los fundió; luego cinceló el oro fundido e hizo un ídolo en forma de becerro. Entonces exclamó el pueblo: «Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!»” (Éxodo 32:1-4)
Ateísmo: fábrica de ídolos
“Lo máximo que los ateos logran al negar a Dios es sustituirlo por un usurpador procedente de alguna realidad de este mundo”
Ateismo: Al afirmar un absoluto “No hay Dios” (necio) Salmo 14:1 es precisamente la motivación orgullosa de “ser como dios” Gen 3: 4 y pretender tener un conocimiento total de lo que existe en el universo, ¿esto podría interpretarse como ilógico y absurdo?