Los seres humanos que se esfuerzan de forma obsesiva por alcanzar el éxito según el mundo sin interesarse y desentendiéndose por completo de los asuntos espirituales relativos al reino de Dios y su justicia descubrirán que, de obtener en este mundo lo que persiguen, de ningún modo podrán conservarlo y al final se quedarán con las manos vacías. Pero quienes tienen las prioridades en orden levantando la mirada por encima de las aspiraciones al éxito en los términos del mundo, poniéndola así en las cosas de arriba y no en las de la tierra meramente, comprobarán al final que no sólo han alcanzado, sino que también podrán conservar los bienes y bendiciones espirituales eternas provistas por Dios en Cristo, y que adicionalmente y de igual modo les serán concedidas, como añadidura, las bendiciones materiales temporales que el mundo ofrece y por las que los no creyentes se rompen la espalda para obtenerlas, pues Dios Padre sabe muy bien que las necesitamos y ha hecho también provisión para suplirlas con suficiencia a los suyos, como lo comprobó el rey Salomón ante la oferta que Dios le hizo de concederle lo que pidiera, a lo cual el rey respondió pidiendo sabiduría y discernimiento para gobernar con justicia a Israel y a cambio de ello y por tener las prioridades en orden, recibió no sólo una gran y ya proverbial y conocida sabiduría, sino también todo lo que no había pedido: riquezas, esplendor, larga vida y victoria sobre sus enemigos, pues al final de la historia y a pesar de las apariencias en contra: “Los justos heredarán la tierra,y por siempre vivirán en ella” (Salmo 37:29)
Apuntando al cielo
18 abril, 2021
2 Lectura mínima
“En el evangelio se nos exhorta a apuntar al cielo con la promesa de que, al hacerlo así, obtendremos la tierra como añadidura”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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