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Segmentos

Amor y paz, verdad y justicia

“En la cruz Dios nos revela el amor y la paz que el evangelio ofrece, pero también la verdad y la justicia que castiga el pecado”

La paz es el camino a recorrer para alcanzar la verdad y el amor. La paz es el entorno necesario para que la justicia florezca y la justicia es, a su vez, condición para mantener la paz. En otras palabras, la paz y la justicia son interdependientes, de manera que si una de las dos disminuye o aumenta, la otra lo hace igualmente, de manera inevitable. Se explica, entonces, que Melquisedec, enigmático personaje que tipifica a Cristo, fuera al mismo tiempo rey de justicia y rey de paz. Porque Jesucristo es ambas cosas para quienes creen en él y se someten de buena gana a su señorío, para convertirse a su vez en personas que trabajan por la paz y a quienes el Señor les promete por ello una dicha que está más allá de las vicisitudes de este mundo, junto con el honroso reconocimiento que obtienen de ser llamados hijos de Dios y dispuestos, por lo mismo, a someterse a las disciplinas establecidas por su Padre Dios que, aunque no sean gratas al ser ejercitados en ellas, a la postre producen la anhelada cosecha de justicia y paz que harán que el esfuerzo valga la pena. Pero la paz y la justicia apuntan en último término al amor y la verdad, pues el amor no comete injusticias y se regocija con la verdad.  No es posible lograr la paz y la justicia sacrificando la verdad para obtenerlas. No existe paz ni justicia perdurables sin la verdad sustentándolas a ambas y el amor coronando el cuadro como el broche de oro que cierra el círculo, como lo entendió bien el salmista al anunciar así lo que ocurrió en la cruz: “El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la paz y la justicia” (Salmo 85:10)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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