Decía Alex Roig en un artículo reciente: “no podemos sino levantar la voz contra la corriente pansexual que domina gran parte de nuestra cultura para explicar el comportamiento y las relaciones humanas. Hay que volver a Jesús y a su principio de ‘ojos limpios’. No podemos consentir que se dictamine que la relación entre David y Jonatán… o entre Jesús y el Discípulo Amado, era de naturaleza homoerótica. Hay que recuperar y enseñar la relación y el cultivo de la amistad, entre hombre y hombre, mujer y mujer, que puede dar lugar a formar profundos lazos de amor y afectividad sin por ello tener que pensar en el erotismo”. Algo que debería tener en cuenta la comunidad LGTBI, pues se necesita tener los ojos muy sucios y la mente muy torcida y corrompida, además de no haber tenido nunca un amigo auténtico, para afirmar que David y Jonatán eran amantes homosexuales, como lo hacen hoy con pasmosa ignorancia y malicia superlativa algunos miembros de esta comunidad. Deberíamos recordar que los enredos de David fueron de faldas y no de pantalones. La mejor prueba de que David y Jonatán eran amigos y no amantes la tenemos en el lamento que pronunció David en el funeral de Saúl y Jonatán luego de que ambos murieran trágicamente en combate, correctamente entendido e interpretado en las versiones modernas de la Biblia como la Nueva Versión Internacional que lo traduce acertadamente con estas palabras: “¡Cuánto sufro por ti Jonatán, pues te quería como a un hermano! Más preciosa fue para mí tu amistad que el amor de las mujeres” (2 Samuel 1:26).
Amistad, no erotismo
31 enero, 2021
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“Afirmar que David y Jonatán eran amantes demuestra que quienes suscriben este infundio no saben lo que es la verdadera amistad”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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