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Alineados con el propósito de Dios

“El evangelio no se trata de alinear a Dios con nuestros deseos sino de rendirnos a Él para alinearnos nosotros a Sus propósitos”

Magia o fe, ¡he ahí el dilema! La magia es la pretensión de manipular a voluntad los poderes del mundo espiritual para el logro de nuestros mezquinos y egoístas intereses y propósitos en este mundo. La fe es la rendición y subordinación a la voluntad y el poder de Dios para contribuir al logro de Sus bondadosos y solidarios propósitos en este mundo. El evangelio denuncia, combate y condena con claridad y firmeza las prácticas supersticiosas y mágicas propias de los pueblos paganos de ayer y de hoy, para promover a cambio la fe y la sana espiritualidad que nos vincula con Dios en la persona de Cristo. Sin embargo, muchos creyentes terminan de un modo más o menos inadvertido viviendo su fe de manera mágica. Esto sucede cuando los creyentes inmaduros quieren imponerle a Dios sus propios planes y su correspondiente agenda, pidiéndole en oración y de forma superficialmente piadosa, su colaboración para su respectiva realización. El creyente maduro, por el contrario, entiende que no podemos llegar a Dios para imponerle nuestros planes, sino acudir a Él con humildad para indagar y preguntarle en oración y en conformidad con la Biblia por los planes que Él tiene para nosotros y, una vez identificados, consagrar nuestras fuerzas y voluntades a su cumplimiento en una labor colaborativa, armoniosa y mancomunada en la que, tanto Él como nosotros, marchamos en la misma dirección, con la seguridad final de que: “El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor,Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!” (Salmo 138:8)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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