Aguarden con paciencia

La labor de la siembra y la cosecha ilustran actitudes como la paciencia, la constancia y la perseverancia en el marco de la fe. En efecto, el agricultor debe llevar a cabo su trabajo con una fe paciente, constante y perseverante, pues en realidad y a pesar de todas sus responsabilidades en el proceso ꟷsin el cumplimiento de las cuales no hay posibilidad de que obtenga el fruto esperadoꟷ, tampoco el cumplimiento de todas ellas le puede garantizar la cosecha de una manera ciento por ciento segura, pues la mayor parte de las dinámicas necesarias para poder cosechar felizmente lo sembrado no dependen de él, sino del funcionamiento habitual de la naturaleza conforme a las leyes de Dios y de que no se presenten contingencias u obstáculos insuperables en el proceso que el agricultor no pueda o no sepa remover conforme a su experiencia, recursos y conocimientos, que incluso en el mejor de los casos es limitado y no puede cubrir todas las eventualidades, por lo que aquí la fe y la confianza en Dios y en contar con Su favor para todo lo que escapa a nuestro control son necesarias y obligadas. Es por eso que la Biblia recurre a las imágenes de la siembra y la cosecha para exhortarnos a la fe, a la paciencia, y a la constancia y la perseverancia llamadas a acompañarla y calificarla: “Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia. Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca” (Santiago 5:7-8)