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Segmentos

¿Acaso volverá a vivir?

"La doctrina de la resurrección del cuerpo es una verdad revelada con claridad en el evangelio, pues se hallaba velada en el Antiguo Testamento”

La revelación de Dios en la Biblia es progresiva. Y lo es porque, dada nuestra condición humana temporal y finita, es decir de seres sujetos al tiempo y con una extensión de vida limitada y efímera, es apenas obvio que en el propósito de revelarse a los hombres Dios tenga que rebajarse a nuestro nivel ajustando su revelación a la naturaleza humana, dándonos a conocer la Verdad de manera necesariamente gradual y progresiva para que podamos asimilarla y comprenderla satisfactoriamente, paso a paso, sin ser abrumados y superados por ella si se nos entrega de golpe en su insondable unidad y totalidad. Así, pues, existe una evidente progresión en la revelación plasmada en la Biblia, desde los libros más antiguos en el justamente llamado Antiguo Testamento, hasta los más recientes del Nuevo, en donde encontramos la realización plena del misterio de Cristo anunciado en aquel. Podría decirse que en esta necesaria revelación progresiva el Antiguo Testamento es la preparación; los Cuatro Evangelios son la manifestación; los Hechos de los Apóstoles son la propagación; las epístolas son la explicación y el Apocalipsis es la consumación. Esto explica, por ejemplo, que la doctrina de la resurrección no se encuentre todavía en el Antiguo Testamento, que recoge preguntas retóricas como ésta de Job, cuya respuesta en su contexto es negativa: “Pero si alguien muere, ¿acaso volverá a vivir? Cada día de mi servicio obligatorio esperaré que llegue mi relevo” (Job 14:14), pero que en el evangelio y el Nuevo Testamento recibe ya una respuesta afirmativa

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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