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Cuídate de no inclinarte a la maldad

"La aflicción generalmente no nos sobreviene sin causa, por lo que una vez librados de ella debemos apartarnos del mal para no volver a darle lugar”

La aflicción purifica y depura los motivos de quien la sufre y si bien existen oportunidades, como en el caso de Job, en que no es un producto o una consecuencia de sus actos ni obedece a medidas disciplinarias de parte de Dios, sino a la intención divina de probar y fortalecer el carácter y la integridad de quien la padece ꟷque son los casos proverbiales de Job y de Abraham teniendo que sacrificar a Isaacꟷ, en un significativo número de ocasiones es el resultado de inclinarnos al mal y de consentirlo de algún modo de manera sostenida en nuestras vidas, como se deduce de la acertada advertencia de Eliú: “Cuídate de no inclinarte a la maldad, pues, por haberla preferido, ahora sufres” (Job 36:21). En estos casos, que son tal vez los más numerosos, la lección que debemos aprender es, justamente, la necesidad de combatir con resolución nuestras inclinaciones y anteriores preferencias por el mal que nos condujeron a la aflicción y el sufrimiento consecuentes. Si bien la carne o la naturaleza pecaminosa heredada de nuestros primeros padres ꟷen lo que se conoce como la doctrina del pecado originalꟷ, nunca se encuentra inoperante en la vida del creyente en Cristo, de modo que aun en nuestra nueva naturaleza experimentaremos en alguna medida una lucha interior en relación con el bien y el mal, las preferencias e inclinaciones internas del creyente deben decantarse cada vez con más fuerza y determinación por el bien que por el mal, confiando para ello en la intervención de Dios por medio de Su Espíritu, para fomentar, fortalecer y reforzar nuestras preferencias por el bien

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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