Podían discernir el mejor rumbo

El primer libro de Crónicas hace la siguiente elogiosa y sorprendente declaración de los hombres de la tribu de Isacar incorporados al ejército de David, destacando no a la totalidad de ellos, sino a doscientos en particular a quienes describe de este modo: “De Isacar: doscientos jefes y todos sus parientes bajo sus órdenes. Eran hombres expertos en el conocimiento de los tiempos y sabían lo que Israel tenía que hacer” (1 Crónicas 12:32). La descripción que las diferentes traducciones hacen de las características de estos doscientos hombres incluye: “expertos conocedores de los momentos y estrategias de actuación de Israel” (BLPH) y “entendían el desarrollo de la historia y podían discernir respecto al mejor rumbo que Israel debía tomar” (NBV) o también “sabían hacer muy buenos planes de guerra” (TLA); “duchos es discernir las oportunidades” (RVR77) y “sabían cuándo actuar” (RVC). Se explica que en este caso el recuento de los hombres incorporados al ejército de David pase por alto la cantidad de soldados de esta tribu para detenerse más bien en estos doscientos en particular, muy valiosos para el rey David, tanto en la guerra como en la paz. Porque esta descripción nos recuerda, guardadas las proporciones, la queja y la denuncia que el Señor dirigió a Su pueblo en estos términos: “Saben interpretar las señales del clima en los cielos, pero no saben interpretar las señales de los tiempos” (Mateo 16:3), deficiencia que pasa, sobre todo, por el hecho de no reconocer que Jesucristo es el Mesías esperado, Dios hecho hombre por nosotros