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Segmentos

La paciencia significa salvación

“Cuando el pueblo de Dios va mal encaminado, Dios no cesa de advertirlo con suficiencia hasta que Su juicio se hace necesario de manera irreversible”

Los juicios disciplinarios de Dios sobre su pueblo no llegan de improviso y sin aviso. Por el contrario, teniendo en cuenta que: “El Señor es compasivo y misericordioso, lento para la ira y grande en amor” (Salmo 103:8), su paciencia para con su pueblo también es proverbial y bien conocida y a ella se refiere, de hecho, en el Nuevo Testamento el apóstol Pedro con estas solemnes y también esperanzadoras palabras relativas en este caso a su juicio final y definitivo sobre el mundo, pero que se aplican por igual a sus juicios temporales sobre su pueblo desobediente: “El Señor… tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9), añadiendo un poco después: “Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación…” (2 Pedro 3:15). Así, los juicios históricos llevados a cabo por Dios sobre Israel y Judá respectivamente por medio de los imperios Asirio y Babilónico, el primero de los cuales arrasó definitivamente con Israel en el norte en el año 722 a. C., y el segundo con Judá en el sur poco más de un siglo después, en el 587 a. C., fueron anunciados con suficiencia a la espera de que corrigieran, sin que así lo hicieran, puesto que: “Por amor a su pueblo y al lugar donde habita, el Señor, Dios de sus antepasados, con frecuencia les enviaba advertencias por medio de sus mensajeros. Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, tenían en poco sus palabras, y se mofaban de sus profetas. Por fin, el Señor desató su ira contra el pueblo y ya no hubo remedio” (2 Crónicas 36:15-16)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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