fbpx
Segmentos

El monte Moria

“El lugar elegido para la construcción del templo en Jerusalén no fue para nada caprichoso, sino que tenía una profunda significación espiritual”

La ubicación del lugar para la construcción del templo no fue azarosa ni indefinida, sino que se erigió en un lugar de importante significación para el pueblo de Israel: la región o el monte Moria: “Salomón comenzó a construir el templo del Señor en el monte Moria, en Jerusalén, donde el Señor había aparecido a su padre David. Lo construyó en el lugar que David había destinado, esto es, en el lugar donde Arauna el jebuseo limpiaba el trigo” (2 Crónicas 3:1). Como nos lo informa el cronista, el monte Moria fue un lugar en el que Dios se le apareció al rey David en un momento crítico, cuando con ocasión del controvertido censo que David ordenó y estaba llevando a cabo, Dios encontró en él la ocasión para disciplinar tanto a Su pueblo desobediente como al rey David por la cuestionable motivación que lo impulsó a emprender esta iniciativa. Fue en este lugar donde Dios detuvo la plaga desatada sobre el pueblo y la consecuente mortandad, en los límites de la parcela de Arauna el Jebuseo, también llamado Ornán. Por instrucción de Dios, David se apresuró a comprarle esta parcela a Arauna, que era más exactamente la era donde se trillaba el trigo, para construir allí un altar y ofrecer en él sacrificios a Dios para apaciguar su justa ira y hacerlo propicio al pueblo, deteniendo la plaga. Pero Moria fue también donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac: “Y Dios ordenó: ꟷToma a tu hijo Isaac, el único que tienes… y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré” (Génesis 22:2

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión