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Dioses egipcios

“Las plagas egipcias no sólo fueron una manifestación sobrenatural del poder de Dios, sino de su superioridad sobre los humillados dioses egipcios”

El despliegue de poder sobrenatural que Dios hizo en la Biblia mediante las diez plagas de Egipto no fue caprichoso, sino que estaba calculado para no ser tan solo un evento evidentemente milagroso, sino una señal milagrosa ꟷal mejor estilo de las siete señales milagrosas seleccionadas y recogidas por el apóstol Juan en su evangelioꟷ, que apuntaba a algo más allá de la manifestación de poder de Su parte. Como lo establecen los estudiosos y conocedores en detalle de la mitología egipcia antigua, cada señal buscaba también mostrar la superioridad del poder de Dios sobre alguna deidad particular de los egipcios, mostrando la impotencia de la deidad de turno para detener la plaga en cuestión. Por ejemplo, las plagas que afectaron al ganado, como la quinta: “Si te niegas a dejarlos ir y sigues reteniéndolos, la mano del Señor provocará una terrible plaga entre los ganados que tienes en el campo, y entre tus caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas” (Éxodo 9:2-3) y la sexta y la séptima igualmente, estaban dirigidas a mostrar la impotencia de los dioses que se representaban con la figura de un toro: Apis y Mnevis, o también Hathor, diosa representada con la figura de una vaca mujer. Podemos llegar a la misma conclusión del análisis particular y minucioso de las demás plagas, como la de ranas, animal sagrado para los egipcios asociado a la diosa egipcia Heket. Los milagros realizados por Dios tienen, pues, frecuentemente en la Biblia el propósito de ser también señales para mostrarnos y enseñarnos verdades cuyo sentido está más allá de lo que podemos ver a primera vista en la superficie

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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