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Segmentos

Arrepentimiento y restauración

“Mientras el arrepentimiento sea una posibilidad para los seres humanos, nada está perdido y siempre existe la esperanza de ser restaurado por Dios”

En el contexto del trato de Dios con Su pueblo, éste puede desviarse, ciertamente y en más de una ocasión, de Su voluntad de maneras censurables, notorias y drásticas que traigan como consecuencia el caer o ser arrojado a condiciones lastimosas de opresión, carencia y aflicción temporales en este mundo. Pero la oferta de perdón y restauración por parte de Dios en el marco de Su pacto se mantiene en pie, siempre y cuando el pueblo proceda al arrepentimiento y corrección de las conductas que lo condujeron a ese estado. Las ondulaciones en la historia del pueblo de Israel y de la Iglesia al respecto en las que se alternan épocas de fidelidad, obediencia, bendición y prosperidad con épocas de infidelidad, desobediencia y alejamiento de Dios con sus consecuentes aflicciones y miserias lo ilustran bien y son un reflejo de lo que sucede con el creyente individual en el curso de su vida. Así, pues, lo que se aplica al pueblo de Israel en general: “y cuando tú y tus hijos se vuelvan al Señor tu Dios y le obedezcan con todo el corazón y con toda el alma, tal como hoy te lo ordeno, entonces el Señor tu Dios restaurará tu buena fortuna y se compadecerá de ti. ¡Volverá a reunirte de todas las naciones por donde te haya dispersado!” (Deuteronomio 30:2-3); también se aplica guardadas las obvias proporciones a los creyentes en particular en la iglesia, por lo cual mientras exista la posibilidad del arrepentimiento, existe también la esperanza de la restauración que Dios está dispuesto a llevar a cabo siempre, si es que el creyente se vuelve a Él de nuevo con sincero arrepentimiento

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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