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No hagan gala de soberbia

"La autosuficiencia es una aspiración legítima de la etapa adulta del ser humano, pero debemos tener presente que nunca podrá llegar a ser absoluta”

En conexión con la engañosa aspiración y pretensión de independencia, encontramos siempre la pretensión acompañante de autonomía, aunque ambas no son exactamente lo mismo. La independencia es, como su nombre lo indica, la aspiración a no depender de otros, algo que puede alcanzarse ꟷy es sano hacerloꟷ hasta cierto punto, en cuanto logramos ser lo suficientemente funcionales para que nuestros medios de subsistencia ya no procedan de nuestros padres, sino de nuestro propio trabajo; pero nadie diferente a Dios podrá llegar a ser absolutamente independiente sin engañarse en el proceso. Y la autonomía es el deseo acompañante y correlacionado de ser autosuficiente, algo que tampoco se logrará de manera absoluta. Pero si bien la mediana autosuficiencia es algo legítimo y deseable, la autonomía no lo es tanto, pues etimológicamente esta palabra procede de las raíces autós que significa “sí mismo” y nomos que significa “ley”. Así, pues, la pretensión de autonomía es más que el deseo de ser autosuficientes, pues va más allá y es la intención de que nosotros seamos nuestra propia ley, algo que no deja de ser peligroso en la medida en que nos sintamos por encima de las leyes humanas configurando una potencial conducta delictiva e incluso por encima de la ley de Dios impresa en nuestras conciencias, caso en el cual es pertinente la advertencia del salmista: “«No sean altaneros», digo a los altivos; «No sean soberbios», ordeno a los malvados; «No hagan gala de soberbia contra el cielo ni hablen con aires de suficiencia»” (Salmo 75:4-5)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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