Como un solo hombre

La expresión “como un solo hombre” se utiliza en varias ocasiones en el Antiguo Testamento para indicar la unidad corporativa de todos los miembros del pueblo de Dios o de cualquier otro pueblo en particular y la consecuente responsabilidad que les concierne a todos en mayor o menor medida, tanto para bien como para mal, como en el caso de los enemigos de Israel confabulándose contra ellos: “Y dicen: «¡Vengan, destruyamos su nación! ¡Que el nombre de Israel no vuelva a recordarse!». Como un solo hombre se confabulan; han hecho un pacto contra ti” (Salmo 83:4-5). Esta expresión nos recuerda, entonces, que en el Antiguo Testamento prevalecía la responsabilidad corporativa sobre la responsabilidad individual, a diferencia del Nuevo Testamento en que, gracias al evangelio, se entra de lleno en la responsabilidad individual. Es decir que en el Antiguo Testamento Dios enfatiza ante todo el carácter general de las naciones por encima del de sus individuos particulares, a pesar de que existan entre ellos significativas excepciones a la norma o regla nacional, excepciones que, como se sabe, no hacen más que confirmar la regla y el talante general de los pueblos, sin que esto signifique que Dios no distinga las excepciones de la norma y esté dispuesto a darles un trato diferente. Es por eso que los dirigentes de la nación, como Nehemías y el profeta Daniel, por ejemplo, personajes de conducta digna de imitar, en sus oraciones a favor de la nación hagan mención de los pecados del pueblo pidiendo perdón por ellos como si fueran personales, cuando no lo son