Rebasan nuestra comprensión

El meollo del libro de Job y la conclusión a la que todo su contenido nos va conduciendo poco a poco es a la convicción y humilde aceptación de que en último término debemos confiar en Dios y en que Él sabe lo que hace y que a pesar de las apariencias en contra manifestadas en las dificultades, problemas y aflicciones muchas veces imprevistas y desconcertantes que nos salen al paso y que debemos afrontar, y del hecho de que todo esto por momentos nos agobie y abrume por la falta de recursos para sortear estas situaciones con éxito y de manera rápida; Él no se ha desentendido, sin embargo, del funcionamiento del mundo ni de nuestras vidas en particular dejándonos a nuestra suerte. Convicción y aceptación que corrige, entonces, nuestras estrechas, limitadas y a veces simplistas perspectivas de la realidad que no tienen en cuenta la infinidad de variables que intervienen y se hallan detrás de todo lo que nos acontece y que escapan de lejos a nuestro conocimiento, comprensión y control, pero nunca al de Dios que sí las conoce, comprende y controla de manera sabia, detallada y exhaustiva para el cumplimiento de Sus buenos propósitos en las vidas de cada uno de los Suyos y en el mundo en general, con miras al establecimiento final de Su reino en la tierra, pues: “Dios hace tronar su voz y se producen maravillas: ¡Dios hace grandes cosas que rebasan nuestra comprensión!… El Todopoderoso no está a nuestro alcance; excelso es su poder…” (Job 37:5, 23), por lo que es sabio rendir nuestras voluntades a Él y esperar con fe el desenlace de todo