La “teología natural”, es decir aquella que no se apoya en documentos autorizados que reclamen ser sobrenaturalmente revelados a los hombres por el propio Dios, sino tan sólo en las propiedades y características reflejadas por el universo y la naturaleza tal y como los perciben nuestros sentidos y los procesa nuestra razón a través de disciplinas como la filosofía y la ciencia; nos transmite información valiosa a favor de la existencia de Dios y algunos de sus atributos, pero no logra mucho más en el propósito de permitirnos conocerlo y relacionarnos personalmente con Él en los mejores y más autorizados y seguros términos, incluyendo, por supuesto lo que necesitamos para ser redimidos de nuestra muy defectuosa condición moral, producto de la caída, así como de la consecuente perdición eterna que pesa sobre todos los hombres si Dios nos dejara a nuestra suerte. Por eso, sin el determinante auxilio o el relevo de la teología revelada en la Biblia que, al afirmar y confirmar los contenidos de la teología natural, va sin embargo mucho más lejos que ella; lo único que la teología natural logra es despojarnos por completo de toda excusa o pretexto para no reconocer a Dios como deberíamos y someternos a Él de manera rendida e incondicional en Cristo. Por eso, si no estamos dispuestos a ir humildemente hasta dónde ella nos conduzca, la teología natural por sí sola nos deja en peor condición: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa” (Romanos 1:20)
Sin excusa delante de Dios
6 noviembre, 2022
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“Sin el evangelio la revelación de Dios en el universo y la naturaleza sólo sirve para dejarnos a todos sin excusa y nada más”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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