fbpx
Segmentos

Ser como niños

“La tendencia a verle doble intención a todo es la malicia que nos impide ser como niños que aceptan sin reservas el evangelio”

90%

Los niños son inocentes, no porque no tengan ya desde las primeras de cambio esa inclinación a la desobediencia que define el llamado “pecado original”, sino porque aun desobedeciendo, no lo hacen con plena conciencia sino con una candorosa y traviesa picardía que no les permite estar todavía en condiciones de asumir en todo su rigor la responsabilidad de sus actos. Por eso el Señor Jesucristo les daba una irrestricta acogida, amonestando a sus discípulos cuando les impedían a los niños el acceso a Él: “Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.»” (Marcos 10:14-15) poniéndolos, entonces, como ejemplo de la actitud que deberíamos cultivar en nuestras vidas de adultos para tener −como los niños lo tienen por derecho propio y sin mayores condiciones−, acceso al reino de Dios. No existe, pues, en la Biblia, tal cosa como el indefinible “limbo” al que presumiblemente irían los niños que murieran sin haber sido bautizados, entre otros porque ni en la Biblia ni en los primeros siglos de la iglesia se practicó el bautismo de infantes, pues el bautismo es un rito que se practica libre y voluntariamente cuando se ostenta ya la edad de responsabilidad como un acto de obediencia a Dios por parte de quien ha optado y experimentado la conversión a Cristo. Sea como fuera, la ausencia de malicia es el rasgo de la infancia que debemos imitar para acoger el evangelio sin reservas y ser así aprobados por Dios, como los niños.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión