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Probados o disciplinados

“En la aflicción no nos deberíamos identificar tan rápido con Job, sino que en muchos casos deberíamos hacerlo con Jonás”

Cristo nos advirtió que en el mundo tendríamos aflicción. Pero la Biblia también nos revela que la aflicción puede tener causas distintas. En primer lugar, la que sobreviene por el hecho de vivir en un mundo indiferente a Dios e incluso antagónico y hostil a Cristo y a su iglesia, dentro de la cual encontramos todas las formas de persecución por motivos de conciencia. En segundo lugar, la aflicción como prueba de la fe, cuyo más representativo caso fue el de Job, sin que ningún creyente esté exento de cualquiera de las dos indistintamente. Por último tenemos la aflicción como disciplina divina, imputable a la misma persona atribulada que con su desobediencia da lugar a este tipo de aflicción, a la manera en que un padre responsable disciplina a su hijo, con el propósito de llevarlo a la corrección. El profeta Jonás es el mejor ejemplo bíblico de esta última: “La palabra del Señor vino a Jonás hijo de Amitay: «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive… Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor…El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches en su vientre” (Jonás 1:1-3, 17). Infortunadamente, el cristiano con frecuencia las confunde entre sí pensando que está siendo probado, como Job, cuando en realidad está siendo disciplinado, como Jonás. Circunstancia que puede prolongar de forma indefinida e innecesaria su aflicción, ya que Dios no desistirá en su empeño de llamarnos a orden mediante este tipo de aflicción disciplinaria hasta que reconozcamos y confesemos nuestras culpas y las corrijamos como se debe

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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