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Perdidos como ovejas

“Todos estamos recorriendo el itinerario del hijo perdido. Lamentablemente, no son tantos los que llegan hasta el final de él”

El profeta declaró que, sin excepción: “Todos andábamos perdidos como ovejas; cada uno seguía su propio camino…” (Isaías 53:6), por lo que todos estamos, entonces, representados por el hijo perdido de la parábola, de tal modo que su historia refleja el itinerario que todos estamos recorriendo, pero que, lastimosamente, sólo un pequeño porcentaje termina como debe. En efecto, es posible distinguir en la parábola en cuestión distintos pasos o momentos muy definidos tales como: el de la irresponsabilidad, el de la independencia y autosuficiencia y el de la miseria, por los que tocamos fondo y nuestra condición se torna lamentable; el de la toma de conciencia; el del arrepentimiento y la confesión y el de la humildad, que nos sirven para emprender con decisión el camino de regreso al Padre y finalmente, el del amor paternal, la justificación y la preservación, por los que el Padre nos perdona, nos restaura y nos brinda las garantizas del caso; y el de la celebración, punto culminante que cierra con broche de oro este itinerario existencial del creyente: “Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. »Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó… el padre ordenó a sus siervos: ‘¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.’ Así que empezaron a hacer fiesta” (Lucas 15:20-24)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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