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Para que no llegaran a la meta sin nosotros

“El éxito no depende de alcanzar solitarios nuestras metas sino de hacerlo juntos, contribuyendo a que otros alcancen las suyas”

En el cristianismo la llamada “carrera de la fe” no la gana quien llega a la meta en solitario. Las promesas de Dios para los vencedores son promesas colectivas o corporativas que involucran a todos los que lleguen a la meta sin importar el ritmo y el tiempo invertido en ello, pues una de las promesas divinas es, justamente, que para quien no se rinda, sino que se mantenga en la carrera, por difícil que pueda ser por momentos hacerlo, la victoria está garantizada, independiente del ritmo y del tiempo de llegada, pues: “… en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37). De hecho, el cumplimiento definitivo de estas promesas o lo que es lo mismo: la entrega de todos los galardones a los vencedores deberá esperar a la llegada de todos los corredores, sin faltar uno sólo de ellos, puesto que: “Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa.Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 11:39-12:1). Por eso, si bien la llegada a la meta ya será un motivo de gozo sin par, la “ceremonia de premiación” propiamente dicha con todo lo que la acompaña ꟷque será el acto inaugural del reino de Dios en pleno en la tierraꟷ tendrá que esperar a la llegada de todos los que aun falten

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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