fbpx
Segmentos

Olas en busca del mar

“Es maravilloso y conmovedor saber que los creyentes hemos encontrado a Cristo pues en honor a la verdad no lo estábamos buscando”.

Con todo y que, como lo decía Sir John Templeton: “los humanos buscando evidencia de Dios, se parecen mucho a una ola del océano buscando evidencia de que el océano existe”, lo cierto es que, en realidad: “no hay nadie… que busque a Dios” (Salmo 14:2), y por eso sorprende que los creyentes hayan podido encontrarlo. La verdad es que encontrar a Dios no suele ser el producto de una búsqueda consciente y sistemática, sino más bien el resultado de tropezar con Él a boca de jarro, cuando lo que se está buscando no son más que los beneficios asociados a Él. Recordemos, una vez más, al comunista y ateo francés André Frossard, convertido dramáticamente al catolicismo desde lo que él mismo llamó un “ateísmo perfecto”, quien para explicar su conversión dijo: “Dios existe porque yo lo encontré, porque me tropecé bruscamente con él cuando ni siquiera lo buscaba”. Algo que Dios, en Su gracia y misericordia, había ya anticipado al revelarnos y explicarnos la razón por la cual, no sólo los judíos, sino también nosotros, los gentiles o paganos procedentes de toda lengua, pueblo, tribu y nación, lo encontraríamos también en su momento en gran número, como resultado de la predicación del evangelio en el contexto de la iglesia, constituida en respuesta a esta predicación, gracias a Su trato individual con cada uno de nosotros en la persona de Cristo, en cumplimiento del anuncio del profeta: “«Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, le dije: ‘¡Aquí estoy!’” (Isaías 65:1)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

1 Comentario

Clic aquí para dejar tu opinión

  • La sabiduría y lucidez de tus mensajes dan un firme sustento al crecimiento y maduración de nuestra fe a todos los que los leemos o los escuchamos!!!!!