Una de las doctrinas controvertidas del cristianismo es la llamada “seguridad de la salvación”, resumida en el mediático lema que dice: “Una vez salvo, siempre salvo” que afirma que, una vez que la persona se ha reconciliado con Dios por medio de la fe en Cristo y llega así a obtener la salvación, ya no hay nada que pueda despojarla de ella. Y es controvertida con justa razón, pues dada la existencia del antinominanismo a la que ya se ha hecho repetida referencia en segmentos anteriores, ciertos sectores de la iglesia estiman inconveniente esta doctrina al considerarla una especie de carta blanca para que los creyentes puedan pecar impunemente. Y debemos estar de acuerdo en que esta doctrina es malentendida cuando se utiliza como pretexto para la relajación y la laxitud en la vida cristiana, al punto que, quienes argumentan de este modo, probablemente ni son salvos. Pero estas prevenciones, siendo válidas y dignas de consideración, no justifican negar la seguridad de la salvación que todo auténtico creyente puede suscribir con convicción, pues ésta es una de las glorias del evangelio que lo diferencian y lo colocan en una categoría aparte, única y exclusiva, por encima de las demás religiones de la historia: la certeza que nos brinda al respecto: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús… Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:1, 34, 38-39)
No hay condenación para el que está en Cristo
10 diciembre, 2022
2 Lectura mínima
“Quien está unido a Cristo no puede ser separado de Él ni tampoco ser condenado por causa de nada ni nadie en el mundo”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario