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Segmentos

La trompeta de Dios

“Las trompetas convocaban al pueblo de Dios mediante sonidos diferentes para el cumplimiento de sus tareas hasta el toque final de la trompeta”

En Israel existían dos tipos de trompetas: el shophar elaborado con cuernos curvos, por lo general de carnero; y las trompetas de plata cuya elaboración fue ordenada en la Ley: “«Hazte dos trompetas de plata labrada, y úsalas para reunir al pueblo acampado y para dar la señal de ponerse en marcha… Cuando se quiera reunir a la comunidad, el toque de reunión que se dé será diferente” (Números 10:2, 7). El Nuevo Testamento utiliza el mismo término griego para designarlas a ambas. Sea como fuere, las trompetas tenían un gran poder de convocatoria, por lo que se utilizaban para transmitir órdenes específicas y diferenciadas a todo el pueblo, como la orden de batalla, la alarma o las diversas festividades gozosas. De hecho, existía una celebración conocida como “la fiesta de las trompetas” al comienzo del año civil judío, que hoy en día los judíos conservan bajo el nombre de Rosh Hashshanah. La utilidad de las trompetas y la necesidad de que emitieran sonidos claramente diferenciados y con sentido para todos, es aludida por Pablo en el contexto de la discusión de la poca utilidad comparativa del ininteligible don de lenguas: “… Aun en el caso de los instrumentos musicales… ¿cómo se reconocerá lo que tocan si no dan distintamente sus sonidos? Y si la trompeta no da un toque claro, ¿quién se va a preparar para la batalla?” (1 Corintios 14:7-8). Por eso la gloriosa segunda venida de Cristo está estrechamente asociada al toque final de “la trompeta de Dios” para anunciarla y reunir así: “… de los cuatro vientos a los elegidos, de un extremo al otro del cielo” (Mateo 24:31)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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