En la iglesia existe una posición ambigua hacia la tradición. El catolicismo la ha sobrevalorado, mientras que en el campo protestante ha sido menospreciada, como reacción a lo primero, apoyándose en una interpretación superficial y equivocada de los términos en que Cristo se refirió a la tradición de su época. Si bien es cierto que Jesús la condena, esta condenación no es sistemática y a ultranza, sino sólo cuando, en su afán por interpretar la Ley, la tradición era colocada por encima de las Escrituras y en oposición a ellas, como sucede hoy en el catolicismo: “-¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? ¡Comen sin cumplir primero el rito de lavarse las manos! Jesús les contestó: -¿Y por qué ustedes quebrantan el mandamiento de Dios a causa de la tradición? Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’, y también: ‘El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte.’ Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decir a su padre o a su madre: ‘Cualquier ayuda que pudiera darte ya la he dedicado como ofrenda a Dios.’ En ese caso, el tal hijo no tiene que honrar a su padre. Así por causa de la tradición anulan ustedes la palabra de Dios” (Mateo 15:2-6). Por eso, sin descartar la tradición, debemos someterla a la crítica bíblica para aprovechar y retener lo mejor de ella y evitar al mismo tiempo los peligros que acechan en ella a quienes prescinden o menosprecian este necesario examen crítico y llegan a colocar la tradición al mismo nivel y en competencia con la autoridad final y exclusiva que la Biblia reclama y ostenta, o incluso por encima de ella.
La tradición y la Biblia
22 febrero, 2022
2 Lectura mínima
“Aceptar la tradición a ojo cerrado sin someterla a crítica es exponerse a ponerla por encima del mandamiento de forma culpable”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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