fbpx
Segmentos

La tentación de Cristo

“Ser tentado no es querer cometer un acto de inmoralidad, sino desear satisfacer necesidades legítimas de manera ilegítima”

La Biblia dice que Cristo fue “… tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado” (Hebreos 4:15), pero sus tentaciones no fueron exactamente del mismo tipo que las nuestras, pues en relación con el resto de nosotros, la tentación trabaja fundamentalmente de esta manera: “… cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:14-15). En relación con Cristo y en virtud de su nacimiento virginal, Él no compartió con nosotros los “malos deseos” de nuestra naturaleza caída que es la que activa en nuestro interior más temprano que tarde lo que la Biblia llama también “la carne” o la naturaleza pecaminosa que nos conduce al pecado. Sin embargo, hecha esta salvedad, la tentación de Cristo fue tanto o más real que la nuestra, pues aunque no haya involucrado malos deseos, como en nuestro caso, de todos modos involucró el hecho de desear cumplir su vocación de vida por un camino diferente, menos difícil y sufrido que el de la cruz. ¿Podría alguien culparlo por ello? Las tentaciones en el desierto al comienzo de su ministerio pretendían revelar su auténtica condición mesiánica de maneras más acordes con su identidad, más triunfalistas y menos arduas, pero Él no cedió a ellas, y al reaparecer probablemente de nuevo en Getsemaní, las volvió a desechar diciendo de forma ejemplar: “«Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»” (Mateo 26:39)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión