La unidad que existe en el ser humano entre su cuerpo ‒su componente material‒, y su alma y espíritu ‒sus componentes inmateriales‒; hace que los problemas de salud que podamos experimentar no tengan sus causas de manera necesaria y exclusiva en el cuerpo, como lo ha venido creyendo y tratando tradicionalmente la ciencia materialista y naturalista que reduce todas nuestras enfermedades y dolencias a causas corporales, al desconocer o menospreciar la existencia de nuestros componentes inmateriales. Pero ante la incapacidad para diagnosticar y curar muchas dolencias que no parecen obedecer a causas corporales, la ciencia ha tenido que incorporar en sus explicaciones las llamadas “enfermedades psicosomáticas”, es decir enfermedades originadas en la psiquis o alma humana cuyos síntomas se manifiestan en el soma o cuerpo y deben, por tanto, ser tratadas de manera multidisciplinaria por psicólogos y médicos por igual. Y descontando las causas espirituales de algunas problemáticas de salud, en lo que la Biblia llama “posesiones” y sus diferentes matices que la ciencia aún se resiste a reconocer; lo cierto es que muchos problemas de salud podrían ceder sin tanta dificultad si los seres humanos decidiéramos acoger con toda la seriedad del caso la revelación de Dios en la Biblia y en Jesucristo, atendiendo el sabio consejo dado por el rey Salomón bajo la inspiración divina en el libro de los Proverbios: “No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser” (Proverbios 3:7-8)
La salud y la fe
15 junio, 2021
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“Más que por los médicos, la salud pasa por acoger la revelación, la redención, la disciplina y la obediencia en el temor de Dios”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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