fbpx
Segmentos

La realidad del Dios invisible

“La fe no es irracional, pues la realidad del Dios invisible se deduce razonablemente de lo que podemos ver a nuestro alrededor”

La fe, ciertamente, excede a la razón, pero eso no significa que la contradiga. Una de las acusaciones equivocadas e incluso malintencionadas que muchos dirigen hacia la fe es que ésta es un ejercicio contrario a la razón. Y esto a despecho, incluso de un significativo número de creyentes que refuerzan estos estereotipos al renunciar al ejercicio de la razón a la hora de creer, llegando a satanizar a quienes recurren a ella para apuntalar y darle mayor fundamento a sus creencias, en lo que se conoce con el nombre de “fideísmo”. No puede negarse que la creencia en Dios tal y como Él se revela en la persona de Jesucristo exige, más que el mero ejercicio de la razón, un acto de confianza y rendición de la voluntad, sin tener todas las garantías racionales que nos gustaría para poder proceder, y tomar esta decisión con una absoluta seguridad. Pero, si bien la fe no puede aspirar a estas certezas racionales, sí puede exhibir a su favor un solvente y suficiente número de evidencias objetivas que hacen que la decisión de creer no sea, ni mucho menos, un salto en el vacío de la irracionalidad. Por eso, aunque habitualmente la razón no sea el camino que conduce a la fe, si es un recurso para confirmarla y establecerla con mayor firmeza en la medida en que es gracias a ella que podemos procesar la información que nuestros sentidos nos transmiten sobre el mundo y llegar a conclusiones muy razonables con base en ello: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa” (Romanos 1:20)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión