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Segmentos

La justicia y los vínculos de sangre

“Los vínculos de sangre y los afectos y solidaridades que los acompañan no pueden manipularse impunemente ni colocarse por encima de lo que es justo”

Uno de los sombríos episodios del libro de Jueces es el protagonizado por Abimélec, hijo de Gedeón con una concubina de Siquén. Más allá del hecho de que Gedeón haya aprovechado su condición de juez y su prestigio nacional luego de su victoria sobre los madianitas con el innegable respaldo de Dios, para tener muchas esposas con las que tuvo a su vez setenta hijos, algo que no deja de ser cuestionable; lo cierto es que su hijo Abimélec obró peor al manipular los vínculos de sangre que tenía con sus tíos, los hermanos de su madre y su clan familiar, todos ellos residentes de Siquén, para llevarlos a volverse en contra de sus setenta medio hermanos, hijos también de Gedeón, cuando conspiró con ellos de este condenable modo con el fin de obtener el respaldo de toda la ciudad a sus pretensiones: “«Pregúntenles a todos los habitantes de Siquén: ‘¿Qué les conviene más: que todos los setenta hijos de Yerubaal los gobiernen o que los gobierne un solo hombre?’. Acuérdense de que yo soy de la misma carne y sangre que ustedes»” (Jueces 9:2). Respaldo gracias al cual pudo contratar a un grupo de inescrupulosos sicarios a sueldo con los que asesinó a sus setenta hermanos ꟷcon la excepción de Jotán que fue el único que pudo escapar de la masacreꟷ, con la intención de usurpar el poder y eliminar cualquier competencia o reclamo legitimo a sus pretensiones, iniciando así uno de los periodos más oscuros y vergonzosos de la época de los jueces en el que Abimélec fue el culpable del derramamiento de mucha sangre y cosechó finalmente en sí mismo el fruto de sus injusticias

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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