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Segmentos

La autoridad de Cristo

“Las enseñanzas de Cristo serán siempre más importantes por provenir de Él que por la sabiduría de las enseñanzas en sí mismas”

La doctrina y las enseñanzas de Cristo –la Palabra de Dios hecha hombre− y de la Biblia en general –la Palabra de Dios escrita− poseen una sabiduría tan evidente que ésta misma sabiduría las justifica y avala de sobra, de modo que a la hora de defenderlas y señalar su validez para todos basta con señalar y resaltar la coherencia, racionalidad y correspondencia con los hechos que ostentan sin tener que indicar de quién o de dónde provienen. Sin embargo, cuando Cristo hablaba no se ponía en el trabajo de brindar explicaciones detalladas sobre la pertinencia, conveniencia o corrección de sus enseñanzas, como si éstas requirieran ser defendidas y justificadas mediante este tipo de argumentos, −algo que nos corresponde más a sus seguidores que a Él−, sino que le bastaba con enfatizar que era Él quien lo decía, siendo esto suficiente para establecer su veracidad y universal legitimidad: “»Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates, y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.”Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno” (Mateo 5:21-22), dándole la razón a Lewis Carroll al sostener: “No importan tanto las palabras, sino quien las dice”. En efecto, la vigencia de las acciones y palabras de Cristo está indisolublemente ligada a su declarada identidad divina, de donde si se niega esta última, las primeras se quedan sin el apoyo debido, por excelsas que nos parezcan.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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