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Segmentos

Honrando a Dios de labios para afuera

“El crecimiento numérico de la iglesia suele incluir a un buen número de personas que honran a Dios de labios pero no de corazón”

Volviendo con este recurrente pero importante tema y a riesgo de ser repetitivos, hay que decir una vez más que la hegemonía numérica y la influencia dominante que el cristianismo ejerció durante un largo tiempo de la historia en la sociedad y la cultura occidental, moldeándola en gran medida a partir de la época del emperador Constantino hasta la reciente modernidad; tiene sus aspectos problemáticos y contraproducentes, pues ha conducido de manera gradual e inadvertida a una buena proporción de la cristiandad a un velado pero creciente abandono de la fe, por el cual una gran parte de esa masa de cristianos nominales de hoy se han convertido en los ya mencionados “ateos prácticos”, que son aquellos que sin negar a Dios e incluso profesando creer en Él, viven sin embargo como si Él no existiera. Terminamos así con una iglesia profesante, pero poco o nada practicante y que suscribe una fe en Cristo que no pasa de ser tan sólo formal y meramente convencional, pero de ningún modo vital y auténtica, como lo señaló el Señor en relación con la iglesia de la antigua ciudad de Laodicea en Asia Menor, muy numerosa, rica, engañosamente autosuficiente y tan pagada de sí misma, que había terminado cerrándole la puerta al propio Cristo a quien decía honrar, obedecer y representar y a quienes se aplica también la denuncia que Él les dirigió a los judíos de su época: “¡Hipócritas! Tenía razón Isaías cuando profetizó de ustedes: »‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas’” (Mateo 15:7-9)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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