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Segmentos

Éste será un estatuto perpetuo

"El cuidado de Dios por quienes se consagran a su servicio de tiempo completo está ordenado, establecido y documentado desde el Antiguo Testamento”

Los diezmos son un tema controversial en la Biblia por la manera en que un significativo número de iglesias abusan de él en cabeza de sus dirigentes para enriquecerse a manos llenas, sin controles de ningún tipo en lo que raya ya en la corrupción y el enriquecimiento ilícito. Sin mencionar el debate al interior de la iglesia sobre su vigencia actual, bajo el discutible argumento de que los diezmos pertenecían a la dispensación de la ley en el Antiguo Testamento y no a la de la gracia en el Nuevo, en la que quedarían presuntamente sin efecto. Pero sin perjuicio de este debate y de la crítica que estas situaciones nos merezcan y nuestra necesidad de denunciarlas y combatirlas, lo cierto es que los diezmos fueron establecidos por Dios con un propósito muy definido y sensato que no pierde vigencia: el sostenimiento de quienes se dedican de tiempo completo al ministerio pastoral y al servicio de la iglesia, y la funcionalidad de esta última, incluyendo, por supuesto, las iniciativas permanentes de apoyo a los más vulnerables y menos favorecidos. Así, los diezmos tenían como destinación el tesoro del templo y como beneficiarios principales a los levitas, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. Sin mencionar que los sacerdotes, una clase especial de levitas, recibían además porciones de los sacrificios asignadas a ellos por la ley: “Porque de los sacrificios de comunión que ofrecen los israelitas, yo he tomado el pecho mecido y el muslo para dárselos, como contribución, al sacerdote Aarón y a sus hijos. Este será un estatuto perpetuo entre los israelitas»” (Levítico 7:34)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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