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Segmentos

Endurecimiento sin esperanza

“Se dice que mientras hay vida hay esperanza, pero algunos pueden llegar a endurecerse tanto en vida que ya no tienen esperanza”

Si bien es cierto que nadie puede salirse tanto de la voluntad de Dios que pueda ponerse en esta vida más allá de su alcance, también lo es que en esta vida algunos se endurecen a tal grado contra Dios que Él considera que tal vez ya no vale la pena el esfuerzo para hacerlos entrar en razón. Así sucedió, por lo menos, con el faraón egipcio del éxodo a quien en vista de su reiterado endurecimiento contra Él, Dios prefirió quitarle todo freno e incluso endurecerlo más para poder exhibirlo como un ejemplo de lo que sucede con los que se endurecen contra Dios más allá del punto de no retorno: “A pesar de esto, y tal como lo había advertido el Señor, el faraón endureció su corazón y no les hizo caso” (Éxodo 7:13). Por eso, el dicho que afirma que “mientras hay vida hay esperanza” debe ser matizado en lo que concierne a la posibilidad de volverse a Dios con fe y humilde arrepentimiento para ser reconciliado y redimido por Él en la persona de Cristo, pues es un muy peligroso y presuntuoso error suponer que podemos dilatar y diferir con calculada frialdad nuestra rendición a Él, presumiendo que ya tendremos más adelante la oportunidad de hacerlo, no sólo porque nunca podemos estar seguros de que tengamos nuevas oportunidades, sino porque a pesar de tenerlas es muy probable que, por endurecernos reiteradamente contra Él, cuando nuevas oportunidades se presenten ya no estaremos en condiciones ni en disposición de aprovecharlas y prefiramos neciamente morir en nuestra ley a vivir por la ley de Dios, para nuestro perjuicio, confusión y sufrimiento perpetuos.

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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