A lo largo de la historia, el compromiso y el celo de la iglesia en general por la causa de Dios ha sido ondulante, alternando momentos culminantes de pureza, fervor, devoción, entrega, obediencia y fidelidad al evangelio, en lo que se conoce como “avivamientos”, gracias a los cuales la iglesia logra reformarse y elevar sus estándares a lo que se espera de ella; con periodos de creciente infiltración pagana en ella que han conducido a la frialdad, laxitud, relajamiento, alejamiento y hasta abandono de las prácticas y doctrinas propias de la fe tal y cómo se describen, ordenan y revelan en las Sagradas Escrituras. Pero en medio de esto el cristianismo auténtico y original ha conservado su vigencia gracias a que Dios siempre se ha reservado un remanente dentro de la iglesia que lo mantenga en alto aún en los más sombríos momentos de su historia. Remanente que constituye uno de los actos más representativos de la misericordia de Dios por el cual, aún en los momentos de mayor infidelidad, desobediencia y pecado en la historia del pueblo de Israel, Dios no permitió que fueran destruidos completamente por sus enemigos en los juicios por Él decretados, sino que se aseguró de conservar a un pequeño resto de judíos fieles que garantizara la posteridad del pueblo escogido, como lo anunció a través del profeta: “Dejaré un remanente en medio de ti, un pueblo pobre y humilde. En el nombre del Señor, se cobijará el remanente de Israel; no cometerá iniquidad, no dirá mentiras, ni se hallará engaño en su boca. Pastarán y se echarán a descansar sin que nadie los espante.»” (Sofonías 3:12-13)
El remanente fiel
17 diciembre, 2021
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“Dios siempre ha preservado un remanente de personas que aún en los peores tiempos siguen honrándolo con convicción de corazón”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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