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El Misterio tremendo y fascinante

“La revelación de Dios por medio de una zarza ardiente ilustra la fascinación y el temor que debe caracterizar nuestra reacción ante Su presencia”

Rudolf Otto, en su obra clásica: Lo santo. Lo racional e irracional en la idea de Dios, procedió a caracterizar a Dios justamente como el “Misterio tremendo y fascinante”. Misterio, porque siempre excede nuestra más depurada capacidad de comprensión. Tremendo, porque sobrecoge e intimida en grado superlativo. Pero fascinante, porque atrae y cautiva mucho más que cualquier realidad de este mundo. Independiente del orden en que estas reacciones se den o cuál sea la dominante, pues suelen darse entremezcladas, Moisés es un ejemplo de ello al experimentar la fascinación seguida del temor ante la zarza ardiendo: “Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza».Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: ꟷ¡Moisés, Moisés! ꟷAquí me tienes ꟷrespondió. ꟷNo te acerques más ꟷle dijo Diosꟷ. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa… Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios” (Éxodo 3:2-5-6). El punto aquí es que el contraste entre nuestra profunda indignidad y la gloriosa majestad divina nos sobrecoge al punto que genera en nosotros el impulso profundo, reverente y, si se quiere, un temor irracional que nos empuja a poner distancia entre nosotros y Dios y a temer por nuestra vida. Pero aún así, la fascinación ante Él es tal, que no nos podemos alejar y queremos permanecer con Él aun a riesgo de nuestra vida

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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