Los evolucionistas ateos, al negar a Dios, niegan también la posibilidad de los milagros, pero lo paradójico es que la evolución es incapaz de explicar, tanto la universalidad de la conciencia moral, como las razones de su surgimiento, y no le queda más que considerarla como una especie de milagro que carece de una explicación convincente en el marco del evolucionismo. Los dictados de la conciencia moral, es decir, la conciencia del bien y el mal con la que todo hombre viene dotado de forma innata, por causa de la imagen y semejanza divina plasmada en cada uno de nosotros, es uno de los aspectos adicionales que nos deja sin excusa delante de Dios. De hecho, esta conciencia es la base de lo que se conoce en el campo del derecho como el ius naturale o ius gentium (derecho natural o de gentes), también designado de manera un poco más imprecisa como “ley natural”. Y, por supuesto este pasaje también guarda relación con lo que Kant más adelante designó como el “imperativo categórico”. Tanto así que uno de los cuatro argumentos naturales a favor de la existencia de Dios es el llamado “argumento antropológico o moral” al que Pablo hizo referencia de este modo: “De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio” (Romanos 2:14-16)
El argumento moral
10 noviembre, 2022
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“Si Dios existe se vuelve obvio comprender de dónde surge la moral, pero si no existe con mayor razón ¡la moral es un milagro!”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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