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Segmentos

Digno es el cordero

“Fuimos escogidos por Dios sin mérito alguno de nuestra parte, pero una vez escogidos debemos tratar de ser dignos de la elección”

En estricto rigor y si de méritos se trata, únicamente Jesucristo hombre es digno del favor de Dios sin restricción ni salvedad alguna, como lo implica bien la visión de Juan en el Apocalipsis ante la imposibilidad de encontrar algún ser humano diferente a Cristo que fuera digno de romper los sellos y de abrir el rollo que darían curso libre a la culminación de la historia humana y a la apoteosis de Dios y que llevó a todos los presentes a prorrumpir en un cántico de adoración para declarar, justamente: “«Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos… «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado…” (Apocalipsis 5:9, 12). Por eso, la obligación que tenemos de vivir una vida digna es una concesión divina sobre los creyentes que procede del llamado que Dios, en su gracia y misericordia, nos formula a sus escogidos para acoger el evangelio y recibir gracias a él su perdón y también la capacidad de Su parte para vivir la vida digna a la que nos llama. Por eso, aunque Dios nos haya concedido este privilegio sin que hubiera méritos de nuestra parte, una vez en posesión de él debemos comportarnos a la altura, pues si bien es cierto que el mundo llama a los capacitados, también lo es que Dios, por Su parte, capacita a los llamados: “Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza” (Efesios 4:1-4)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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